jueves, octubre 30, 2008

La Tecnología 3D como estrategia para enfrentar la Crisis

En tiempos de crisis, habrá que tomar medidas que aseguren el negocio durante el período de recesión que aún no sabemos cómo y cuánto va a impactar. Lo que es seguro es que hay que estar preparado y para eso el Digital Prototyping ya no es sólo una alternativa sino que es la solución definitiva.

Como consultor de tecnologías 3D me quiero enfocar en el tema de la calidad. Recuerdo haber sostenido una discusión bastante larga con el director de una asociación industrial muy importante de este país, a quien no menciono para no levantar polvo. En esa discusión el problema de fondo era la visión de cada uno. La visión de este empresario y director del gremio que reúne a las empresas más importantes del país en determinado rubro de fabricación, era que tenían la tecnología más avanzada de toda Latinoamérica, por lo cual no había nada que ofrecer para mejorar la industria ya que per sé eran los más modernos. Mi visión, en cambio era que no todos contaban con la última tecnología, dado que el proceso de desarrollo no solo involucra la maquinaria sino también el diseño. Aquel empresario que defendía tan firmemente a la industria por su moderna infraestructura estaba en lo correcto si miramos el problema sólo desde ese punto de vista. Pero como yo ya había recorrido más de 130 empresas de ingeniería, maestranzas metalmecánicas, mineras, plantas de procesos industriales, etc, en todo el país sabía que había un problema sin resolver y que no era precisamente la infraestructura sino el paso previo a la etapa de fabricación que tiene que ver más bien el método por el cual se llevaban a cabo los productos.

Hay algo de mucho valor que aprendí de una empresa norteamericana llamada “HOK” en un viaje a México: “lo que no resuelves hoy, alguien más lo hará después”. El problema de esta filosofía, es que cuesta muy caro y a veces tendrás que trabajar a pérdida o incluso te puede llegar a costar el cliente. HOK es una de las empresas de arquitectura más importantes del mundo y cuando les tocó hacer un proyecto para mejorar el estadio Azteca lo hicieron todo en AutoCAD 3D. Cuando ya habían entregado los planos al contratista para que empezara la construcción se dieron cuenta de que tenían muchísimas interferencias en las soluciones constructivas. Es decir, si se construía según los planos habrían tenido que hacer muchas modificaciones en terreno, pensar en nuevas soluciones, etc, etc y cada una de esas decisiones que habrían tenido que tomar iría en contra de los gastos de proyecto. La pregunta clave no es cómo lo resolvieron sino cómo se pudieron dar cuenta de todos los errores en un proyecto tan grande. Con una herramienta BIM (Building Information Modeling).

En la ingeniería de proyectos mecánicos y civiles sucede el mismo problema. Todos llegan muy rápido a una propuesta esquematizada para conseguir el negocio sin saber a ciencia cierta cuántos problemas tendrán que resolver y si el presupuesto alcanzará para cubrir los márgenes de error y seguir haciendo negocios. Un caso de una gran empresa inmobiliaria en Chile que quebró hace este año se cuenta que en varios de sus últimos proyectos trabajaron a pérdida porque no calcularon bien los costos de producción e implementación ¿Con qué diseñaban sus proyectos? BINGO! Con AutoCAD. ¿Cuántos puestos de trabajo se habrían salvado si se hubiera pensado mejor el método de desarrollo? Lo triste es que la solución tecnológica existe hace mucho tiempo y nunca se enteraron de que podrían haberla utilizado.

Hoy el método por el cual se llevan a cabo los productos y en general los proyectos son más bien un acto de fe que una ingeniería de precisión que aseguren el éxito de la propuesta. Este proceso es muy simple: se dibuja un esquema en AutoCAD con la idea de lo que se quiere hacer, el cliente aprueba, se pasa a ingeniería de detalle, se entregan planos de fabricación a producción, se fabrica y despacha. ¿Quién se lleva la peor parte? Producción, porque la mayoría de los errores que no se vieron durante la etapa de diseño aparecen durante la fabricación, pero por otro lado ingeniería tiene que corregir todo lo que no vio o no quiso resolver en su momento. Entonces ¿De qué sirve tener la infraestructura más moderna de Latinoamérica si lo que hay que fabricar contiene errores? Hasta que no se invente la máquina con inteligencia artificial que sea capaz de detectar un error y detenerse antes de seguir, tenemos que depender del capital humano y nuestra inteligencia.

Con AutoCAD uno evade el problema durante todo el proceso o simplemente no lo ve. Y si es ésta la herramienta más utilizada en el mercado ¿será que todos tienen el mismo problema? Sí, la problemática de fondo con AutoCAD no ha sido resuelta por un problema de concepto: la interpretación de un dibujo 2D depende de quién lo lee. Si bien las empresas se modernizaron con AutoCAD para reemplazar el tablero, eso fue el primer paso que hubo que hacerlo hace 2 décadas, pero hoy el siguiente pasó es evidenciar el problema y resolverlo antes de que suceda.

Los factores más ausentes durante el desarrollo de los proyectos son: trabajar en forma colaborativa y no “aislados” como pasa hoy, ver los resultados antes de pasar a la fabricación, poder visualizar el proyecto de manera atractiva para crear mejores presentaciones a los clientes, pero con la certeza de que lo que se está haciendo está bien y mantener los planos actualizados en todo momento.

El Digital Prototyping es una herramienta que simplifica el diseño de propuestas con un alto grado de valor, conecta a equipos de trabajo y reduce los errores asimismo como los costos. Permite aprovechar mejor los materiales y potencia los conocimientos de los ingenieros y diseñadores vinculándolos en todo momento con el problema para asegurar la calidad de los resultados. En tiempos de crisis esta solución cobra mucha fuerza y es mi especial recomendación evaluar la posibilidad de trabajar con este sistema que además y por si fuera poco es compatible con AutoCAD. Podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera y equivocarnos una y otra y otra vez, pero vale la pena detenerse a pensar: “si todos cometen el mismo error ¿qué pasa si yo hago la diferencia? ¿No me ayudaría a alejarme de mi competencia? O ¿ser más atractivo para los clientes?


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